Laporta y Sostres, enemigos íntimos
08/03/2023
| Pablo Dono
El artículo de Salvador Sostres sobre el presidente del Barça trajo mucha cola
La semana pasada nos sorprendíamos con un artículo durísimo sobre Joan Laporta, en el que llegaba a tocar temas muy personales y muy graves, que llevaron al máximo mandatario del Barça a interponer una querella criminal contra el autor del mismo, Salvador Sostres.
Según informa el medio El Triangle, el periodista que antes era miembro del núcleo duro de Laporta, desnuda cruelmente la figura del presidente culé en base a sus excesos, malos hábitos contra la salud y el riesgo de que lo acaben “cazando” por corrupto.
Nos cuenta el citado medio, que para comprender la relación entre ambos, que fue de amor en el pasado, según confiesa y enfatiza el propio periodista, hay que retrotraerse a los tiempos en los que Vicent Sanchis dirigía Barça TV por encargo personal de Laporta. Con el propio director como presentador del canal institucional, ambos insultaban y vejaban a periodistas, medios y socios del Barça, especialmente a Sandro Rosell, con motivo de las elecciones de 20210. No sólo en Barça TV, donde se le permitió la ofensa y humillación verbal, Salvador Sostres se ha ganado un cartel de personaje polémico por intervenciones televisivas reprochables.
Fueron precisamente estas actitudes las que habían seducido a Laporta, y la base de la sólida amistad forjada a lo largo de estos años en los que, a escondidas de la opinión pública, han compartido parecidas sensibilidades, experiencias y divertimentos de cualquier clase.
Las reflexiones del periodista sobre la depreciación y agotamiento de Laporta como presidente, un deterioro en el que Sostres considera también clave el efecto nocivo de los malos hábitos contra su salud, vienen a ser el epílogo de una serie de artículos anteriores en el diario ABC, donde colabora habitualmente, y venía avisando de la metamorfosis del presidente del Barça, personaje a quien antes decía admirar y a quien ahora ha vapuleado públicamente.
Las alusiones directas a un presunto consumo de sustancias adictivas y al juego sucio en la gestión, especialmente de fichajes y del Espai Barça, no son precisamente retóricas.
