Sentenciado (y la cosa pinta mal): Xavi se la juega a Laporta en el vestuario

La fractura se hace grande en el conjunto culé

El verano pasado, el Barcelona quiso reventar el mercado. Tenían la experiencia del curso anterior, no querían repetir fracasos, se marchó Messi, Griezmann y no incorporaron a nadie que ocupase su lugar, más allá de un Depay que no ha respondido a las expectativas, por eso, no dudaron en activar las palancas económicas con un gran objetivo, reforzar una plantilla que no daba el nivel.

A pesar de la situación que tienen en las cuentas azulgranas, no dudaron en desembolsar millones con Lewandowski, Raphinha, Koundé, o prometer sueldazos a Dembélé o Christensen. Todo ello ha metido una gran presión, tanto a nivel económico, donde el verano que viene van a tener la masa salarial disparada, como a nivel deportivo, ya que a esta plantilla se le exigen los mejores resultados tras la gran inversión.

Pero a las primeras de cambio, ya han cosechado su primer fracaso. Todavía no es matemático, pero virtualmente están fuera de la Champions, además de pegársela en el Clásico ante un Real Madrid superior. Y en esos partidos, hay un gran señalado, Raphinha, cuya temporada cada vez va a menos, mostrando un rendimiento muy pobre, nada que ver con las ilusiones que había despertado con sus primeros encuentros donde parecía un jugador diferencial.

Hasta tal punto, que en las victorias ante el Villarreal y ante el Athletic, donde el equipo ha vuelto a coger un poco de aire y ha dado buenas sensaciones, el jugador brasileño ha ido teniendo cada vez menos protagonismo. Ante los castellonenses entró en el terreno de juego en la segunda mitad, pero ante los bilbaínos, ni siquiera llegó a pensar el césped, lo que evidencia que algo ocurre con el extremo, y que cada vez va a peor.

Y es que la cosa pinta muy mal, porque las últimas actuaciones de Ansu Fati, e incluso de Ferran Torres, podrían convencer a Xavi para que le adelanten en la rotación, y provocar así que Raphinha siga perdiendo peso en el equipo, algo que preocupa mucho a Laporta en el vestuario, ya que considera que el egarense se la ha jugado, lo que puede provocar entra fractura en el entrenador y el presidente culé.

Hay que recordar que este verano, fue el técnico quien se empeñó en su fichaje. Consideraba que era el complemento que necesitaba a Dembélé y a Lewandowski, y pidió a la directiva un gran esfuerzo para que se lo trajera. Y no sólo fue económico, sino que también le supuso a Joan confiar en él, ya que no le quería fichar puesto que consideraba que era un jugador que no tenía nivel para el Barcelona, y parece que no se equivocaba.

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El hecho de que no tenga minutos en los últimos partidos está dando la razón a Laporta, aunque ve como uno de los fichajes que más dinero costó, fue una inversión estéril, tirada a la basura, justo cuando más necesitan acertar en el mercado. Raphinha empieza a estar sentenciado y eso vuelve a provocar un agujero en la economía culé.