Messi fue el gran culpable de la humillación y vapuleo que sufrió el Barça en Múnich

La marcha del argentino trae consecuencias

Ante debacles tan estrepitosas como la que ha sufrido el Barcelona en Liga de Campeones, siempre se suele buscar culpables y pocas veces se acierta con el responsable. Los jugadores o el entrenador suelen ser los señalados. En ocasiones también el presidente, pero pocas veces se apunta hacia la gran estrella del equipo. Y eso es lo que le está ocurriendo al conjunto blaugrana.

Jugadores como Mingueza, Lenglet o Depay han sido algunos de los nombres que ya han salido a relucir como responsables de esta catástrofe. A pesar de llevar sólo 5 partidos al frente del club, Xavi también ha visto como ya se ha dudado de su valía para sacar adelante un proyecto que hace ya mucho tiempo que se hunde. Y es que llegó, entre otras cosas, para salvar los muebles en la Champions.

Sin embargo, su rendimiento no ha podido ser peor, 0 a 0 frente al Benfica en el Camp Nou, y un doloroso 3 a 0 frente al Bayern en el partido decisivo han sido los marcadores del Barcelona en Champions con Xavi en el banquillo. El de Terrassa no ha cantado ni un solo gol. Y el equipo cierra la fase de grupo con 9 tantos en contra y tan sólo 2 a favor en 5 partidos.

Algunos también han puesto sobre la mesa a la directiva en general y a Laporta en particular. El foco está en una planificación muy deficiente que ahora están sufriendo. Sin embargo, el que no está saliendo a relucir es Messi, que al final fue el gran culpable de la humillación y vapuleo que sufrió el Barça en Múnich. Y es esta ocasión no porque se paseara sobre el césped o hiciese una de sus míticas desapariciones en los días grandes.

Su marcha en verano le ha privado de estar presente en este partido, pero aun así ha sido responsable. Y es que el argentino les ha hundido deportivamente. En las últimas temporadas era a lo poco que se podían agarrar. Pero sin él, no hay nadie que de un paso al frente o pueda ser el jugador decisivo cuando es necesario. Además, el modo en el que se produjo su salida, en el mes de agosto, sin dejar un sólo euro en la caja y con poco tiempo para reaccionar en el mercado de fichajes, les ha dejado una gran carencia.

Pero también les ha hundido económicamente en la miseria. Durante año le pagaron un sueldo desorbitado con tal de retenerle, que sólo sirvió para endeudar más y más al club, hasta que la situación se volvió insostenible. Este pasado verano sólo pudieron fichar a jugadores a los que no había que pagarles un traspaso, pero además de Messi, también tuvieron que deshacerse de Griezmann. Se quedaban sin hombres de ataque.

Y si sumamos la gran deuda que tenían, al gasto enorme en el salario de Leo, dejamos a un club sin posibilidad de fichar al relevo de Messi que les de garantías de competir, algo que no han hecho en Europa. No tienen dinero para reconstruir un equipo hundido, mientras que el argentino prosigue su carrera en París.