Laporta es un cobarde
Según la web El Triangle, mientras aumenta peligrosamente la animadversión y la presión sobre los jugadores y el prejuicio procesal contra Rosell y Bartomeu por el caso Negreira-Barça, el presidente sigue priorizando cerrar la financiación de Limak.
Sobre el Barça acechan negros nubarrones desde que el pasado 15 de febrero salía a la luz el escándalo de los pagos del Barça al ex vicepresidente de los árbitros, Enríquez Negreira.
Cada día que pasa surgen nuevas pruebas de la trama que tenían montada el señor Negreira y el FC Barcelona para que los arbitrajes fuesen amables con el equipo azulgrana.
El señor Laporta sigue sin dar explicaciones, y basándose en un patético victimismo, acusa a todos aquellos que se muestran indignados con el pago de 7 millones de euros al por aquel entonces, vicepresidente del CTA. Para el presidente del Barça, todo aquel que acusa al Barça de intentar influir en las decisiones arbitrales, son unos sinvergüenzas a los que está deseando enfrentarse.
A esto habría que añadir un daño reputacional brutal para el Barça, para futuros patrocinios, que incidiría seguramente en su debilidad financiera, con Goldman Sachs amenazando con quedarse el club en un año, por la deuda que tiene acumulada con la financiera.