La artimaña de Piqué: cláusula secreta en su contrato (y rebasa toda la ética)

Pocos conocen de su existencia y les puede destrozar

Es uno de los capitanes del Barcelona, siempre ha defendido al club y ha presumido de sentimientos azulgranas, pero lo cierto es que su salida del mismo no se va a producir en las mejores condiciones. Ya el año pasado, la afición le echó en cara su falta de compromiso con el equipo, ya que cuando las cosas iban peor para ellos, él estaba más pendiente de sus negocios, como la Copa Davis o el Mundial de globos, que de dar la vuelta a la situación que estaban atravesando.

Pero esta temporada, le dejaron las cosas claras. Los fichajes, especialmente de Koundé y Christensen, le han relegado al fondo del banquillo, siendo la última opción en la rotación para Xavi. Además, en verano le pidieron que se marchara para dejar paso a las nuevas generaciones o por lo menos que se rebajara el sueldo para poder permitir la inscripción, aunque finalmente no hizo ni una cosa ni la otra, complicando las cosas.

El egarense ha cumplido la palabra que le dio y apenas está recurriendo al central catalán. No tiene hueco y se va a pasar toda la campaña como suplente, por lo que se le pueden hacer muy largos estos meses. Sin embargo, dentro del club creen que todavía puede tener un papel muy importante. Quizás no tanto sobre el césped, aunque aportará minutos, sobre todo ahora que Koundé y Araújo han caído lesionados.

Pero también su peso en el vestuario es fundamental. Quieren que asuma el papel de veterano, que ayude a los nuevos y a los más jóvenes tanto en su integración como en su progresión, casi como un segundo entrenador. Sobre todo porque tiene firmado un contrato hasta 2024, y echarlo va a ser complicado por todo el dinero que le deben y todo lo que tendrían que pagarle. Por eso quieren que siga, aunque con unas labores diferentes.

Eso era lo que creían, porque Piqué tiene una artimaña, con una cláusula secreta en su contrato. Cuando renovó, Bartomeu le quiso meter una condición, que si no jugaba el 50 por ciento de los partidos en una temporada, se podría marchar. Algo que parecía impensable, pero Gerard quiso ir un paso más allá, guardarse las espaldas, y preparar el terreno para dar la puñalada por la espalda, y rebajó el porcentaje de partidos hasta el 35, algo que se ve factible este curso.

Pocos en Barcelona conocen la existencia de esa cláusula, pero el central catalán parece estar dispuesto a ponerla en práctica si ve que su situación no cambia. Un duro golpe para los planes que tenían dentro del club, ya que esas nuevas funciones que hemos comentado que le querían ir asignando, con claves para el futuro.

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Podemos estar ante la última temporada de Piqué como culé, y lo peor de todo es que la despedida no parece que vaya a ser por todo lo alto, sino todo lo contrario, con el jugador, y segundo capitán, señalado por todos, olvidado en el vestuario, y siendo un gran problema para el club.