Ronald Koeman se sintió vendido y traicionado por su propio vestuario.
El FC Barcelona se la pegó ante el Cádiz en el Camp Nou y hubo lío, en los vestuarios, una vez más. Ronald Koeman se fue sin saludar a sus jugadores y con un disgusto que marcaba que no quería ni ver a los suyos.
El entrenador holandés vio como sus futbolistas se mofaban de él y vive el peor momento desde que está como técnico en la Ciudad Condal. Koeman vive permanentemente en la casa de los líos.
El míster del Barça no se siente arropado por su vestuario y cree que los jugadores le han hecho una traición enorme. El entrenador culé les ofreció dos días libres para que desconectasen del fútbol, tras caer ante el PSG, y los futbolistas se lo tomaron a cachondeo.
El técnico barcelonista habló con su plantilla y les pidió máxima entrega, tras la desconexión. Pasó justo lo contrario. Iban ganando 1-0, con todo a favor, y se dejaron empatar con un penalti, tan infantil como claro, en el minuto 90.
Koeman vio justo lo contrario de lo que pedía. Algunos se lo tomaron totalmente en serio, lo de la “desconexión” y viajaron a Lyon.