El Atlético sigue jugando con el Barça: traición a Laporta y no es por Griezmann

Tienen otro lío entre manos ambos clubes

El conjunto rojiblanco ha acaparado todas las miradas en los últimos días. La previa del derbi se calentó por los comentarios de Koke amenazando a Vinicius, y terminó de explotar con insultos racistas al brasileño, dentro y fuera del Metropolitano, así como comportamientos antideportivos de lamentables por parte de la afición, lanzando objetos a los jugadores madridistas. Aunque no ha sido lo único noticiable que ha centrado la atención.

También la situación de Griezmann. El delantero francés está cumpliendo su segunda temporada cedido en el Metropolitano a las órdenes de Simeone. Un fichaje que él mismo pidió, pero que su rendimiento ha llevado al club colchonero a considerar demasiado elevada la cláusula de compra de 40 millones. Por eso, hasta ahora sólo había jugado en la segunda mitad de todos los partidos, para evitar que llegase a activarla de manera obligatoria.

Pese a que jugó de titular contra el Real Madrid, en la Ciudad Condal consideran que la actitud de los atléticos está siendo una provocación, e incluso han estudiado llevarles ante los tribunales. Ya contaban con esos 40 ‘kilos’ y quieren evitar a toda costa que Antoine regrese, ya que sería un gran problema por su elevado salario, así como que todavía le queda contrato en vigor hasta 2024, un doble golpe muy duro, pero que no es el único.

Y es que Laporta se siente traicionado por los colchoneros y en esta ocasión nada tiene que ver con Griezmann. El motivo es otro jugador, que ha hecho saltar todo por los aires y que provoca la sensación de que los rojiblancos están jugando con los azulgranas. Fueron los culpables de que uno de los grandes deseos que tenía Xavi en el mercado no acabara de materializarse.

Ya hemos hablado de Bernardo Silva, pero los culés también tenían en el punto de mira a Joao Félix. El Atlético atraviesa una mala situación económica, y la posible venta de su estrella era una opción que estaba encima de la mesa. Sobre todo por la irregularidad que había mostrado el portugués y que durante muchos meses no tuvo la confianza de Simeone, que le ninguneó dejándole abandonado en el banquillo.

Se habían comprometido a sentarse a negociar con un equipo que se acercase a los 100 millones de euros, para recuperar gran parte de la inversión que realizaron para ficharlo del Benfica, y en Barcelona estaban considerando muy seriamente llegar a esa cantidad. Pero finalmente, y a pesar de la palabra de los ‘indios’, Simeone frenó en seco su marcha. Lo considera fundamental para esta temporada y no quería desprenderse de él este verano.

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A pesar de que contaban con el dinero de su venta para reinvertirlo en 2 o 3 fichajes de calidad, finalmente Joao se quedó en el Metropolitano. La presión de Simeone fue clave para que no se marchara al Atlético, y pusiera rumbo al Barcelona, traicionando la palabra que le habían dado a Laporta de que, por lo menos, sí que iban a sentarse a negociar por ese dinero.