Europa

Bochorno Ceferin: así quiere salvar el fútbol la UEFA

La creación de la Superliga meses atrás, supuso una reacción en cadena y muy beligerante de todos aquellos que se opusieron rápidamente a ella. Algunos quizás sin pararse a analizar en que consistía esta nueva competición. Y es que muchos siguieron las palabras de la UEFA al pie de la letra sin pararse a reflexionar si lo que estaban proponiendo era beneficioso o no para el presente y el fútbol mundial. Tan sólo el hecho de que el Madrid, y sobre todo Florentino, estuvieran al frente, ya les produjo rechazo.

Sin embargo, el fútbol necesita cambios. El modelo actual está agotado y cada vez son más los clubes que si quieren competir al más alto nivel sólo tienen una salida, venderse a los petrodólares o a cualquier millonario que quiera poner la pasta para salvar las cuentas. Ya lo hizo hace varios años el PSG, cuando estaba al borde de la desaparición hasta que apareció el jeque, y recientemente lo hemos visto con el Newcastle.

El mercado de fichajes también se está viendo afectado. La entrada de grandes capitales de dinero ha inflado los precios que se pagan por algunos jugadores. Así hemos visto como Grealish o Sancho superaban ampliamente los 77 millones y medio que pagó el Madrid en su día a la Juventus para hacerse con los servicios de Zinedine Zidane.

Y mientras los clubes piden más control y soluciones a ese despilfarro desmedido, el PSG sigue saltándose el Fair Play Financiero con el beneplácito de todas las instituciones, ya sean nacionales o internacional. Y es que la UEFA parece más interesada en seguir embolsándose millones para sus bolsillos, antes que mejorar el fútbol. Un ejemplo lo tenemos en el nuevo formato de la Liga de Campeones que propusieron, y que se traduce en más partidos para las cargadas piernas de los jugadores.

Pero además, hace unos años se sacó de la manga una nueva competición, la Nations League, que poca gente entiende. Ya en su primera edición el entrenador del Liverpool, Jürgen Klopp, la definió como “la competición con menos sentido del mundo del fútbol".

Y es que sólo interesa a los 4 combinados que están clasificados. El resto de países estaban más atentos a sus duelos para clasificarse para el mundial de Qatar, que esta pachanga que parece más bien un torneo de verano.

Sin embargo, el mayor bochorno de Ceferin todavía estaba por llegar. En esta edición las cosas le habían salido bien. Dos grandes duelos en semifinales, que terminaron siendo dos partidazos, sobre todo el Bélgica-Francia, y una final entre los galos y España que levantaba expectación. Pero el partido fue aburrido, lejos de la espectacularidad que se le presuponía. Y además se resolvió con un gol que pone más en duda todavía el uso del VAR para resolver polémicas. Así no se salva el fútbol.