Algo huele a podrido en Barcelona: la última que montó Piqué con Laporta y todos callan

Algo huele a podrido en Barcelona: la última que montó Piqué con Laporta y todos callan

13/11/2022

| Eduardo Martín

La situación estaba al límite e incluso en su despedida hubo tensión entre ambas partes

La retirada de Piqué pilló a todos por sorpresa. A mitad de temporada, cuando todavía faltaban 2 partidos para el parón por el Mundial, el catalán anunciaba que colgaba las botas, que dejaba el fútbol profesional. Es cierto que su situación empezaba a ser insostenible, ya que apenas había contado para Xavi, ni siquiera cuando han estado lesionados Christensen y Araújo. Además, la afición le recibía con silbidos desde su nefasto partido ante el Inter.

Pero sobre todo, tenía una guerra abierta contra la directiva. Es cierto que ahora todo son elogios, su despedida del Camp Nou se hizo entre lágrimas, con mucha emoción a flor de piel y aplausos. Sin embargo, desde el pasado verano las cosas no iban bien. Laporta y Piqué tuvieron una reunión, en la que el presidente buscó que se marchara, o por lo menos que se rebajara el salario para permitir la inscripción de los nuevos fichajes.

No salieron muy bien de aquel encuentro, con la relación rota y un cabreo considerable por parte del jugador catalán. Pronto descubrió que se había equivocado, después de que Xavi lo colocase como quinto en la rotación, su última opción para el puesto de central. Y le empezó a pesar aquella frase que dijo después de la humillación del Bayern, cuando les ganó por 2 a 8, y que hasta el momento no había cumplido.

“Nadie es imprescindible, yo es el primero que me ofrezco, si tiene que venir sangre nueva y cambiar esta dinámica soy el primero en irme, en dejarlo, fueron las palabras de un Piqué, que tiempo después hacía efectivas, para muchos, tarde. Pero lo único cierto es que en Barcelona algo huele a podrido y que su adiós no está siendo tan idílico como han intentado aparentar, colocando al central como una leyenda del club, olvidando sus últimos meses.

Están intentado tapar la última que montó Gerard con Laporta, que todos callan, pero que evidencia que la ruptura entre ambas partes era total. En el partido ante Almería, tras el pitido final, tomó el micrófono. Era su último encuentro en el Camp Nou y había sido titular, y estaba anunciado como el de su homenaje en su despedida final como jugador, en el que había sido su estadio. Como es lógico, había mucha expectación por escuchar sus palabras, y ver cómo eran recibidas.

Nadie quiso perdérselo, incluso su familia. Su representante, Arturo Canales, estuvo en el palco, pero esa fue la única presencia de alguien cercano al futbolista entre las autoridades. Su abuelo, sus padres, sus hijos, su novia y el resto de familiares y amigos que fueron invitados, no estuvieron con el presidente y el resto de directivos, sino que estuvieron en la grada entre el público, muy cerca del terreno de juego.


Un hecho que demuestra el distanciamiento que ha existido entre el club y Piqué en los últimos meses. La leyenda que ahora nos venden, hace unas semanas era un quebradero de cabeza para la directiva, que estaba intentado darle la patada como fuera.

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